El Club de Polo San Cristóbal fue testigo de dos intensos enfrentamientos protagonizados por el equipo MOSSO-Hublot, en una apasionante y estratégica travesía que busca la victoria en la prestigiosa Copa San Cristóbal. Estos encuentros no solo captaron la atención por su alta competitividad, sino también por la vibrante narrativa que se construye dentro y fuera del campo de juego. La presencia de jugadores destacados y las expectativas que despiertan cada uno de sus movimientos hicieron que ambos partidos fueran un verdadero espectáculo para los amantes del polo.
El primer partido se disputó el viernes 1 de octubre a las 12:00 hrs. El equipo MOSSO-Hublot, compuesto por Ernesto Mosso, Gerardo Valdés, Agustín Von Unger y Andrés Vial, se enfrentó al formidable equipo Rapel, integrado por Javier Martínez, Romano Vercellino, José Ignacio Martínez y Francisco Martínez. Desde el inicio, la competencia se perfiló como una verdadera prueba de fuego, y es que Rapel llegaba con la imponente etiqueta de ser los campeones defensores de la última edición de la copa. La presión era evidente, y la estrategia debía ejecutarse con precisión quirúrgica. Asimismo, cabe resaltar que los caballos del equipo de polo MOSSO-HUBLOT son de la raza conocida como “Caballo Polo Argentino”, los cuales se caracterizan por su fortaleza, agilidad y destreza.
El equipo MOSSO-Hublot inició con fuerza, ya que demostró un funcionamiento sólido en los primeros chukkers, desplegando su mejor juego colectivo, apoyado por la coordinación impecable entre sus jugadores. Los ataques se sucedían con ritmo y determinación, haciendo que cada jugada resultara una amenaza constante para sus adversarios. Sin embargo, la segunda mitad del partido marcó un giro inesperado. A medida que los minutos avanzaban, una leve desconcentración se instaló en el equipo, dificultando las oportunidades de concretar los goles. La frustración se hizo palpable, ya que, a pesar de generar múltiples oportunidades, el esférico simplemente no encontró la red.
Aun así, no todo fue negativo. La gran noticia para MOSSO-Hublot fue la esperada vuelta de Ernesto Mosso, quien regresó para aportar su inquebrantable energía y liderazgo, tanto dentro como fuera de la cancha. Su ausencia durante la temporada había sido notable, y su retorno trajo un renovado impulso anímico. Sin embargo, el resultado no favoreció al equipo. A pesar de su valiente esfuerzo, el conjunto Rapel se impuso con la calidad de su juego y su destacada combinación de jugadores y caballos de alto nivel. No obstante, la experiencia fue enriquecedora, y MOSSO-Hublot se marchó del campo con la certeza de que hay aspectos positivos sobre los cuales construir para los partidos venideros.
El segundo desafío ocurrió el domingo a las 15:30 hrs. En esta ocasión, el equipo MOSSO-Hublot enfrentó a Los Castaños, compuesto por Jean Paul Luksic, Martín Arrau, Martín Zegers y Matías Vial. Este encuentro trajo consigo una narrativa diferente, aunque igualmente electrizante. Desde el pitido inicial, MOSSO-Hublot se encontró en desventaja, desconectado y con dificultades para desplegar su juego característico. Los Castaños, un equipo bien montado y con una sincronización notable, capitalizó las debilidades iniciales de MOSSO-Hublot y tomó la delantera en el marcador.
La primera parte del partido fue complicada. MOSSO-Hublot no lograba encontrar su ritmo ni generar las oportunidades necesarias para remontar. Sin embargo, la resiliencia del equipo comenzó a brillar en la segunda mitad. Poco a poco, los jugadores lograron reencauzar su estrategia y con renovada concentración, anotaron varios goles que les permitieron acercarse en el marcador. El juego colectivo empezó a fluir con más naturalidad, evidenciando el potencial que el equipo puede alcanzar cuando funciona como una unidad sólida. Pero, a pesar de este esfuerzo, no fue suficiente para revertir la desventaja inicial, y Los Castaños se llevaron la victoria.
Lo más destacable de este encuentro fue la capacidad de MOSSO-Hublot de sobreponerse a la adversidad y mostrar signos claros de mejora como equipo. La experiencia y talento de sus integrantes comenzaron a integrarse en una sinergia que promete grandes cosas en los próximos partidos. Es evidente que el trabajo duro y la estrategia siguen siendo pilares fundamentales, y queda la motivación de continuar luchando en esta Copa San Cristóbal.
Aún quedan dos partidos cruciales en el calendario, y el equipo se muestra decidido a darlo todo en el campo con el objetivo de asegurar su paso a las semifinales. La dedicación, el enfoque y las ganas de triunfo siguen siendo el motor de este talentoso grupo, que no se detendrá hasta conquistar los éxitos que merecen. La Copa San Cristóbal continúa, y la historia de MOSSO-Hublot en este torneo aún se sigue escribiendo, con cada jugada en la cancha dejando una huella imborrable en el mundo del polo.