UN PRECIOSO ARCOÍRIS
En una auténtica fusión de los códigos distintivos de Piaget, este reloj de producción limitada luce una esfera de nácar grabada con la técnica del motivo Décor Palace y un bisel engastado con un degradado de piedras de colores tan vivos como magnéticos.
Nacida en la pequeña localidad de La Côte-Aux-Fées, en el corazón del Jura suizo, la Maison cultiva desde hace 150 años el arte de la distinción creativa. Una Maison experta en componentes extraplanos inéditos cuando el volumen marcaba la tendencia, relojera del oro y el color cuando las manufacturas suizas vecinas preconizaban el clasicismo y el rigor… La familia Piaget ha sabido convertir su audacia y singularidad en una historia de éxito a todas luces deslumbrante. Con su inconfundible mezcla de técnica y estética, Piaget utiliza su experiencia en el diseño extraplano y sus calibres legendarios (como el 9P o el 12P, por citar solo unos ejemplos) para introducir en sus creaciones esferas de piedras
ornamentales, antes de negarse a ceder a la tentación del acero protagonista de los años setenta para concebir su primer reloj de elegancia deportiva, el Polo, en un brazalete integrado de oro puro.
VIBRACIONES CROMÁTICAS
El reloj Piaget Polo de 36 mm en oro rosa, heredero de esta tradición virtuosa, se suma a las celebraciones del 150 aniversario de la Maison adornándose con un nuevo y exquisito vestido de producción limitada. Tradicionalmente decorado con un bisel de diamantes talla brillante, este reloj de la vida cotidiana incorpora dos de los rasgos estéticos emblemáticos de la Maison Piaget. Por un lado, una esfera de
nácar sutilmente grabada con líneas horizontales que presentan en una materia distinta del oro los contornos del motivo Décor Palace de Piaget. Por otro, un bisel con un sutil degradado arcoíris de 17 zafiros, 5 rubíes, 6 citrinos, 6 granates tsavoritas y 6 granates espesartitas. Todo ello completa un total de cerca de 3 quilates de piedras preciosas talla trapecio, seleccionadas con esmero por el gemólogo y ensambladas durante 7 horas por los engastadores de la Maison, hasta lograr esta impresionante armonía visual tanto en los índices como en el bisel.