Blancpain se complace en presentar, en el corazón del verano, sus nuevos relojes Ladybird Colors.
Mientras que un nuevo tono azul coral completa la paleta de relojes monocromáticos con la esfera
característica de la firma, la versión con índices multicolores muestra con orgullo por primera
vez las fases de la luna y se combina con una variedad de correas de colores intercambiables para
satisfacer todos los gustos.
Blancpain celebra el verano cediendo el protagonismo a las mujeres. Dos nuevos y coloridos relojes
llenos de vida completan la colección Ladybird Colors con sus personalidades cautivadoras. El modelo
monocromático, de un tono azul coral que evoca el cielo completamente despejado bañado por el sol
del verano, aporta frescura y energía a los meses más cálidos. Por su parte, el carácter audaz de la
versión con índices multicolores se adorna con el delicado rostro femenino de las fases de la luna
distintivas de Blancpain.
Las esferas de estos modelos, que juegan con los tamaños y las texturas, demuestran un excepcional
savoir-faire relojero al tiempo que incorporan un aspecto lúdico. Las horas, en números romanos,
desafían las convenciones y se muestran en diferentes tamaños. Más prominentes en la parte superior
de la esfera, se vuelven progresivamente más discretos en la parte inferior para ofrecer una estética
impecable. Para lograr el nivel de profundidad de cada uno de los índices de tonos animados se
requieren cinco capas de color. Para contrarrestar esta sutil asimetría, la esfera se adorna a las 6 horas
con la indicación de fases de la luna con rostro femenino, que parece flotar sobre el nácar perlado que
la compone gracias a la luminosidad, la profundidad y los contrastes únicos que ofrece este material
minuciosamente seleccionado. La esfera —resguardada por una caja de oro blanco de 18 quilates de
34,90 mm con 59 diamantes engastados— también se engalana con 70 diamantes de talla brillante
engastados a mano en dos círculos, que confieren más brillo y un cautivador juego de luces. Sumando
las piedras de la corona y la hebilla, los diamantes superan en total los 2 quilates. El resultado es un
conjunto equilibrado, con un rostro cálido y amable que invita a contemplarlo.
Las correas de piel de estos nuevos modelos Ladybird Colors brindan un toque adicional de dinamismo:
mientras que uno de los modelos se viste de un azul brillante que combina con los índices del mismo
color, el reloj con índices multicolores se complementa con un juego de cinco correas (rosa, azul, verde,
amarilla y blanca). Estas correas con hebilla o cierre desplegable se pueden cambiar de forma rápida y
sencilla sin necesidad de herramientas para adaptarlas en un abrir y cerrar de ojos al estado de ánimo
del momento.
Las nuevas incorporaciones a la colección Ladybird Colors, rotundamente delicadas, no hacen
concesiones entre feminidad y excelencia técnica.
Ladybird: la excelencia en femenino
La colección Ladybird ilustra el papel pionero que Blancpain ha desempeñado en la historia de los
relojes femeninos. Desde que se concibiera el primer reloj automático de pulsera de mujer en 1930 hasta los relojes técnicos y refinados actuales, y pasando por el movimiento mecánico más pequeño, que se presentó hace varias décadas, la colección Ladybird encarna la pasión de Blancpain por lo
extraordinario. La colección está destinada a mujeres que no quieren hacer concesiones entre estética y
excelencia técnica.
La epopeya del reloj de mujer de Blancpain está estrechamente ligada al empeño de una mujer en
particular: Betty Fiechter, que a principios de los años 1930 se convirtió en la primera directora de una
maison relojera. Su inteligencia y su espíritu visionario allanaron el camino a los relojes-joya de la
marca, que acabaron granjeándose un amplio prestigio internacional.
Las fases de la luna, ejes del tiempo
La función de las fases de la luna, el rostro emblemático de la Manufactura también está presente en los
nuevos Ladybird Colors, que laten al ritmo del calibre 1163L. Esta complicación, que Blancpain
reintrodujo en 1983 tras la crisis del cuarzo, permitió a la maison demostrar que un reloj mecánico daba
fe de un savoir-faire extraordinario y que el cuarzo nunca podría sustituir una creación relojera mecánica compleja, convirtiéndose así en el símbolo del renacimiento de la relojería mecánica. Su calibre 1163L, con una reserva de marcha de 100 horas, presenta además las fases de la luna distintivas de Blancpain. Este calibre automático con masa oscilante calada y decorado a mano con técnicas tradicionales de la Alta Relojería, como el perlado, el biselado y las Côtes de Genève, puede admirarse a través de un fondo de cristal de zafiro. La revolución del silicio El silicio, que protagonizó una auténtica revolución en la industria relojera a principios del siglo XXI, ha propiciado importantes avances en materia de medición del tiempo. Este material elástico que no se deforma, duro, ligero y muy resistente a la corrosión, se distingue especialmente por su resistencia al magnetismo, una cualidad muy ventajosa para garantizar el funcionamiento preciso de los relojes.
A diferencia de los años 1950, cuando los volantes de los relojes se equipaban con resortes metálicos
que podían magnetizarse, los relojes Blancpain actuales se dotan de una espiral de silicio, lo que permite incorporar un fondo de cristal de zafiro para dejar a la vista la construcción única del movimiento. Gracias a esta tecnología y a este material, además de mostrar con orgullo la alta calidad de los acabados de su mecanismo, los nuevos Ladybird Colors ofrecen un rendimiento cronométrico superior. Así, feminidad y excelencia técnica van de la mano en estos nuevos modelos.