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BREGUET, RELOJERO DE LA MARINA

LOS INICIOS

Abraham-Louis Breguet se interesó muy pronto por la física y la astronomía. Es natural, por tanto, que también lo hiciera por la cronometría marina, ya que la medición del tiempo desempeña un papel crucial en la navegación en alta mar.

En aquella época, los marineros solían calcular su distancia al este o al oeste de sus meridianos de referencia midiendo la diferencia entre la hora solar local, determinada mediante la observación del sol, y la hora indicada por el cronómetro de a bordo. Era necesario, en consecuencia, ajustar el cronómetro con precisión en el punto de partida para permitir una navegación exacta. La construcción del cronómetro de marina también debía ser lo suficientemente robusta como para soportar los rigores de la navegación en términos de precisión.

EL 10 DE DICIEMBRE

Un decreto real nombró a Breguet miembro de la Oficina de Longitudes. El objetivo de este organismo era resolver los problemas astronómicos relacionados con la determinación de la longitud en el mar; calcular y publicar efemérides astronómicas que indicaran la hora verdadera de cada día y diversos datos relativos a la posición de los planetas y cuerpos celestes; organizar expediciones científicas en los campos geofísico y astronómico y actuar como comité asesor para determinados problemas científicos. Como único relojero del comité, Abraham-Louis Breget trabajó junto a académicos tan prestigiosos como PierreSimon de Laplace, Jean-Baptiste Delambre y François Arago.

EL 27 DE OCTUBRE

El rey Luis XVIII otorgó el título oficial de Relojero de la Marina Real a Abraham-Louis Breguet. Este era, sin duda, el título más prestigioso que podía obtener un relojero.

El fundador de la Casa Breguet se convirtió así en el proveedor oficial, aunque no exclusivo, del Estado. Este honor venía acompañado de una obligación apremiante: como Relojero de la Armada, Breguet se vio obligado a abandonar temporalmente sus otros encargos y actividades para dar prioridad al cumplimiento de los pedidos realizados por el Ministerio de la Marina para su flota.

Entre 1815 y 1823, los libros de ventas muestran que la firma entregó 78 piezas descritas como relojes de marina. De ellas, 22 fueron entregadas a la Marina Real y 29 fueron negociadas con los agentes que Breguet había seleccionado en las principales ciudades portuarias.

Este término engloba todos los relojes de precisión diseñados específicamente para las necesidades de la marina, ya sea naval o mercante. Los cronómetros de marina están formados por un movimiento bastante grande alojado en una caja cilíndrica de latón.

La caja está sujeta a un robusto estuche de madera, generalmente de caoba, mediante una suspensión de cardán en latón que actúa como estabilizador y amortiguador. Dotado de asas y de un cristal frontal, el cronómetro marino se coloca en el corazón del barco, lo que lo convierte en uno de sus instrumentos más preciados.

La relación entre Breguet y la Marina no terminó ahí. Muchas personalidades ilustres llevaron consigo un reloj marino Breguet en sus viajes.

El reloj de marina n.º 3588 fue llevado a bordo por Hyacinthe de Bougainville (1781-1846) en su fragata Thétis para su expedición alrededor del mundo de marzo de 1824 a junio de 1826. La pieza n.º 4367, descrita como un regulador y vendida al Ministerio de la Marina el 21 de mayo de 1838 “para una expedición al Polo, con dos cajas de caoba, dos cajas de nogal y una caja de abeto para el embalaje”, acompañó a Jules Dumont d’Urville (1790-1842) en su última expedición y en enero de 1840 se convirtió en el primer instrumento de medición del tiempo que llegó a la Antártida.

La relojería de marina contribuyó en gran medida a la reputación mundial de Abraham-Louis Breguet, tanto por la calidad de sus relojes como por las ilustres personalidades que los utilizaron. El vínculo que unía a la Casa con este mundo no terminó tras su muerte, ya que la marca siguió suministrando cronómetros a la marina, tanto naval como mercante, durante varias décadas, primero a través del hijo de Abraham-Louis Breguet y después de su nieto. En el siglo XX, la empresa siguió suministrando a la Marina francesa diversos instrumentos de precisión hasta los años sesenta, a los que cabe añadir los relojes de bolsillo con esfera de 24 horas destinados a los submarinistas. En 1990, como homenaje a esta larga tradición, Breguet lanzó su primera línea Marine, compuesta por relojes deportivos herméticos hasta 50 metros y especialmente robustos.

BREGUET ES INSPIRACIÓN PARA LA LITERATURA

A principios del siglo XIX, el nombre Breguet era tan conocido que muchos autores lo utilizaron para referirse tanto a la precisión del relojero como al mundo burgués en el que vivían los propietarios de sus relojes. No es de extrañar que el nombre del fundador de la empresa apareciera en los escritos de muchos artistas. Es el caso, en particular, de Alejandro Dumas, que en El conde de Montecristo viste a sus personajes con relojes de bolsillo de la marca Breguet. Al leer la novela, descubrimos la siguiente referencia: 

“Maese Pastrini sacó de su bolsillo un magnífico Breguet en que se veía grabado el nombre de su autor, el timbre de París y una corona de conde.

-Aquí está.

-¡Diantre! -exclamó Albert-. Os doy la enhorabuena. Tengo uno semejante – añadió sacando a su vez el reloj de bolsillo de su chaleco -que me ha costado tres mil francos”.

La línea Marine se lanzó en 1990. Uno de los requisitos esenciales para la marca era ofrecer relojes robustos con un estilo deportivo. Por ello, cada modelo presenta una caja reforzada, en su mayoría con protectores de corona en forma de ola. Se línea Marine para dotar a esta colección de una fuerte identidad.

Es el caso de los flancos de la caja, que presentan acanaladuras en forma de cremallera. En la esfera, el segundero adopta, en su extremo exterior, la forma de la letra B, que hace referencia a la palabra Bravo del código de navegación. Lo mismo ocurre con los relojes con contador, cuyas agujas también evocan una llama marítima. Otra característica típica de esta colección es el guilloché tipo “ola”, realizado en la misma manufactura y que también se encuentra en la mayoría de las esferas. Por último, la masa oscilante ilustra su vínculo con la marina adoptando la forma de un timón de barco, al igual que la hebilla desplegable del brazalete.

MOVIMIENTOS DE VANGUARDIA

Los movimientos de esta colección se distinguen por su precisión cronométrica, su resistencia y sus acabados de alto
nivel. La línea Marine está compuesta por 7 movimientos con características muy distintas en función de las complicaciones que ofrecen.

Las cajas de los relojes se han realizado en oro, platino y titanio. El titanio se eligió por su resistencia a la corrosión y su ligereza. Además, para ofrecer un reloj deportivo y adaptable a cualquier circunstancia, la mayoría de los modelos son herméticos hasta 100 metros. Para incorporar las últimas innovaciones, el escape y la espiral son de silicio. Este material, con sus múltiples propiedades, resiste el desgaste y la corrosión y es inmune a la influencia de los campos magnéticos.

Otro de los criterios clave en el desarrollo de la línea Marine ha sido su elevada resistencia. De hecho, se han realizado diversas pruebas antigolpes para garantizar su solidez en caso de impacto.

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