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El “Cómo” de las Manecillas – Tudor

El “Cómo” de las Manecillas – Tudor

Una mirada detallada a cómo se producen las manecillas Snowflake de TUDOR.

#artesanía

¿Qué elemento de diseño característico distingue a un reloj TUDOR? Las manecillas Snowflake, por supuesto. Aparecieron por primera vez en el catálogo de TUDOR de 1969 en los relojes de buceo con referencias 7016 y 7021. La idea detrás de estas manecillas era simple: crear la máxima legibilidad permitiendo una aplicación generosa de material luminiscente, haciendo así que el reloj fuera más funcional y relevante para los buzos que dependían de él bajo el agua. El diseño se utilizó exclusivamente en relojes de buceo hasta mediados de los años ochenta. Luego, la configuración “Snowflake” volvió a la colección de TUDOR en Baselworld 2012 con el lanzamiento conjunto de los populares modelos Black Bay y Pelagos. Hoy en día, sigue siendo el elemento de diseño más distintivo y reconocido de TUDOR.

El papel del reloj de buceo puede haber cambiado, pero la manecilla Snowflake ha permanecido. Es la forma más rápida de reconocer un reloj TUDOR. Pero, ¿cómo se logra este diseño único?

Todo comienza con una delgada pero resistente cinta de latón. La cinta de metal tiene aproximadamente el mismo grosor que las manecillas del reloj, es decir, es muy fina. Primero, se desenrolla la cinta de latón y, luego, una máquina de estampado perfora la forma de una manecilla Snowflake. El patrón creado eventualmente se convierte en el “interior” de las manecillas Snowflake. Para formar la manecilla completa, el diámetro del patrón se agranda y la máquina lo estampa nuevamente. Sin embargo, en esta etapa, la manecilla sigue siendo hueca, sin material en su interior.

Luego, la manecilla se pule y se le da el acabado antes de ser rellenada con material luminiscente para un brillo duradero. Tras aplicar una técnica exclusiva para llenar las manecillas, estas se colocan en una tarjeta y se preparan para que un relojero las instale a mano. Esta parte del proceso es imposible de realizar con máquinas, lo que convierte al relojero en una pieza clave en esta fase del ensamblaje. Después de todo, las manecillas son la parte del reloj que ves cada vez que miras la hora.

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