Cartier Londres: El legado de Jacques Cartier
Al frente de la sucursal británica desde 1906, Jacques Cartier se convirtió en el arquitecto de Cartier Londres. Gracias a su maestría en equilibrar los valores de Cartier con los códigos de la vida social londinense, Jacques sabía instintivamente lo que cautivaría a la sociedad inglesa.
En Londres, la capital del Imperio Británico, Jacques comprendió que el mundo estaba a su alcance. En 1911 emprendió un viaje a la India, donde la poderosa estética de las piedras preciosas grabadas y coloreadas dejó una profunda huella en su creatividad. Esta inspiración se materializó de manera destacada en 1928 con una revolucionaria tiara Tutti Frutti, diseñada en forma de banda y adornada con hojas y frutos tallados en zafiro, esmeralda y rubí.
Creada para la condesa Edwina Mountbatten, una figura influyente de su época, esta pieza fue aclamada como revolucionaria. Por su importancia en la historia del arte joyero y su lugar irremplazable en la colección del Victoria and Albert Museum, en 2004 el gobierno británico prohibió su exportación, destacando su valor incalculable.
Este legado sigue vivo, consolidando a Cartier Londres como un símbolo de innovación y refinamiento en la alta joyería.
